Reconstrucción facial de Wayaw, la Dama del Sauce (Lima, Perú, s. XV)

En la primavera de 2020 recibimos el encargo de «devolver» la mirada a una mujer trabajadora que fue enterrada hace 600 años en lo que hoy es barrio de San Juan de Lurigancho de Lima (Perú). Y hoy, por fin, os podemos dar a conocer a #Wayaw, la dama del Sauce, hilandera trabajadora. Gracias a la arqueología y a tecnología 3D hoy podemos acercarnos a saber cómo fue su rostro.

El hallazgo

A mediados de 2018, durante unos trabajos de instalación de tuberías, los arqueólogos de la empresa Cálidda hallaron un enterramiento tremendamente interesante dentro de una cista sellada con losas y rematada por una cerámica ornitomorfa (con forma de pájaro). Estos trabajos, los que dieron con Wayaw por casualidad, harían llegar el Gas Natural al distrito trabajador de San Juan de Lurigancho, en Lima, Perú. La tecnología 3D permitió documentar tanto el propio hallazgo (cuyo visor 3D podéis disfrutar aquí, obra de Jesús Bahamonde) como el cráneo que luego usaríamos como base para crear la reconstrucción facial.

• 

• 

• 

• 

Wayaw se encontraba dentro de un fardo, sujeta por cañas dispuestas de forma vertical que sostenían el cuerpo. Además, estaba acompañada por ofrendas de cerámica y cubierta por hojas de pacae y coca. El fardo no se encontraba en las mejores condiciones por lo que se decidió abrirlo en laboratorio y, de este modo, estudiar y restaurar su contenido.

Por su parte, el estudio bioantropológico de los restos, realizado por Mª del Carmen Vega, nos desveló que se trataba de una mujer joven, de unos 20 años, con una altura de en torno a 1,50 m -alta para la época- y con huellas de desgaste por trabajo en varios huesos. Los arqueólogos de Cálidda, Jesús Bahamonde y Cecilia Camargo, hallaron durante el análisis del fardo múltiples restos de tejidos y adornos que nos permiten conocer hoy cómo vestiría esta joven. Además, gracias al hallazgo de ovillos de hilo y al desgaste óseo de la mujer podemos inferir que se trataba de una tejedora de la época.

La reconstrucción facial

Para llevar a cabo la reconstrucción facial utilicé técnicas forenses centenarias de las que existe una amplia bibliografía científica (os recomiendo, si os resulta de interés, este artículo que sintetiza las metodologías utilizadas). El primer paso es la disposición de los marcadores de espesor facial y, después, se lleva a cabo el esquema 2D del rostro y la disposición 3D de los músculos. Estos se añaden uno a uno, asegurándonos de que tienen el volumen adecuado y de que están dispuestos en el lugar correcto del cráneo. Posteriormente comenzamos el proceso, más artístico, de añadido de la piel y esculpido digital, así como de texturizado y acabados finales. ¡Todo un encaje de bolillos que realizamos en Blender, software libre y nuestro mayor aliado en trabajos de diseño 3D!

• 

Este proceso nos permitió obtener la apariencia definitiva de Wayaw. Su rostro quizás hoy nos parece de más edad pero debemos recordar que hace 6 siglos los 20 años no eran como lo son ahora. Sin embargo, no podíamos quedarnos únicamente en el rostro dada la riqueza del hallazgo, y comenzamos a diseñar la reconstrucción de cuerpo completo para recuperar su vestimenta.

herramienta de construcción social

Hoy, el hilo de Wayaw une presente y pasado y la comunidad, que todavía utiliza esas técnicas milenarias de hilandería, se siente más cercana al patrimonio de su tierra, a su pueblo. Que la tecnología sea capaz de trazar estos lazos del presente con el pasado y, también, entre los propios miembros de las comunidades actuales, es quizás lo más gratificante e importante de este trabajo.

• 

Esto explica la gran acogida que ha tenido el trabajo de reconstrucción facial en la comunidad más cercana pero, también, en los medios de comunicación. La tecnología de reconstrucción facial en 3D ha permitido recuperar, en el más amplio sentido de la palabra, la memoria de una persona común, una mujer trabajadora, que hoy teje lazos entre los vivos.

Que la arqueología y la tecnología sean capaces de conseguir esto es solo otra muestra más de lo bella que es nuestra profesión.

Podéis ver éstas y otras imágenes en alta calidad desde aquí: https://www.artstation.com/artwork/Xn380y

Además, quisiera agradecer el trabajo y el empeño puesto por la empresa Cálidda y sus profesionales -en especial a Jesús Bahamonde, que hizo de enlace-, algo muy poco común al tratarse de un hallazgo fortuito durante una obra pública. Si queréis conocer otros hallazgos de Calidda y su difusión no os perdáis el Gran Museo Calidda, una iniciativa para divulgar todos los hallazgos que se producen durante la realización de obras públicas por parte de la empresa. En concreto, sobre este hallazgo, podéis encontrar más información aquí.

Para acabar, no os perdáis este pequeño vídeo sobre el trabajo que hemos llevado a cabo:

Espero que os haya gustado y poder seguir mostrando trabajos como éste en el futuro. ¡Disfrutadlo! 🙂