En España tenemos un monumento que nos recuerda, con especial intensidad, la barbarie del Franquismo -el régimen dictatorial impuesto por el general golpista Francisco Franco tras su victoria en la Guerra Civil-: se trata de una obra faraónica levantada en el Valle de Cuelgamuros, al suroeste de la Sierra de Guadarrama (Madrid), con la que Franco buscaba «perpetuar la memoria de los que cayeron en nuestra gloriosa Cruzada«.
En pleno 2018 el monumento es un lugar común de peregrinación de franquistas y falangistas pues sigue siendo el mausoleo del dictador, Francisco Franco, y del fundador de la Falange -una organización política fascista-, Jose Antonio Primo de Rivera. Decenas de asociaciones de Memoria Histórica piden, desde hace décadas, la exhumación del dictador y la conversión del Valle en un lugar que explique la construcción del monumento y dignifique a las víctimas del Franquismo.
Lo cierto es que el megalómano monumento en el que hoy reposan los restos de Francisco Franco fue levantado en buena parte por presos políticos en condiciones de esclavitud entre 1940 y 1958. En 1938 se había creado el Patronato de Redención de Penas por Trabajo, un sistema ideado por el régimen para explotar laboralmente a los cientos de miles de presos políticos que abarrotaban sus cárceles. Empresas públicas y privadas recibían adjudicaciones de grandes obras y solicitaban a la dictadura presos para trabajar. En esta relación laboral desigual, las empresas pagaban al Estado el salario del preso (2 pesetas diarias), del que éste solo recibía un cuarto (50 céntimos). La dictadura mantenía a los presos «rojos» en barracones insalubres y trabajando en condiciones de esclavitud. No se sabe la cifra exacta de muertos durante las obras -y quizás nunca pueda saberse- pero, al menos, 14 personas murieron y cientos de ellas resultaron heridas o enfermaron y tuvieron serias secuelas provocadas por el polvo de las detonaciones que perforaban la montaña.
He considerado que, en un momento como éste, la virtualización del patrimonio puede ser una herramienta muy útil para crear vínculos con un pasado que es necesario recordar. Es por ello por lo que he llevado a cabo la recreación en 3D que podéis ver bajo estas líneas, y que representa la construcción de la exedra que precede a la entrada de la Basílica del Valle de los Caídos, en algún momento hacia 1950.
Al tratarse de una escena tan grande y cargada de detalles, os recomendamos disfrutarla en gran tamaño desde el siguiente enlace: https://www.artstation.com/artwork/QOnX3
Por aquel entonces el arquitecto franquista Diego Méndez había sustituido a Pedro Muguruza al frente de las obras, debido a una enfermedad que provocó la salida del proyecto de este último. La exedra, sin embargo, se continuó construyendo durante unos años siguiendo los planos de Muguruza.
Poco a poco, Méndez cambiaría enormemente los diseños de su predecesor, modificando el proyecto para hacer el complejo todavía más fastuoso y monumental. En 1953, aunque el nuevo arquitecto llevaba ya tres años en el cargo, la exedra presentaba el aspecto que podéis ver más abajo. Finalmente, Méndez cambiaría el diseño, abriendo los arcos que en su origen estaban tapiados, creando una verdadera arquería que aportara gran amplitud.
Franco solía visitar las obras personalmente y con cierta asiduidad y, de este modo, le hemos representado en la recreación 3D. Aparece acompañado de su esposa, de varios oficiales y de Diego Méndez. Nos hemos basado, también, en una fotografía histórica en la que, sin embargo, aparece acompañado de Pedro Muguruza.
Hemos detallado también otros trabajos como la extracción de la piedra para el vaciado de la montaña que cobijaría la Basílica, moviendo las rocas en vagonetas que arrastraban los propios presos o las labores de construcción a gran altura en inestables andamios:
También hemos representado otras situaciones que pudieron darse durante la construcción: desde detenciones de presos que, quizás, pretendieron huir o bajaron el ritmo de trabajo hasta cadenas para transportar materiales de construcción de unas zonas a otras.
En otras zonas los presos desbastarían con picos las piedras más grandes para utilizarlas como sillarejo en ciertas partes de la construcción. Hemos añadido, incluso, un oficial encendiéndose un cigarro. Creemos que los detalles cuentan historias y la narrativa de estas escenas es fundamental para hacer que el espectador empatice con ellas.
Con esta recreación queremos mostrar que este tipo de recursos pueden ser muy didácticos para comprender el pasado: más allá de villas romanas, castros íberos o iglesias medievales, la historia del siglo XX ofrece un mar de oportunidades para construir Memoria.
BIBLIOGRAFÍA
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Bustos Juez, C. (2014): «La obra de Pedro Muguruza: breve repaso de una amplia trayectoria», P+C, Nº5, pp. 101-120.
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Ejerique, R.: «Siete cosas que (quizás) no sabías del Valle de los Caídos«, elDiario.es, 15-04-2017.
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Preston, P. (2010): «Franco y la represión: la venganza del justiciero», Novísima: II Congreso Internacional de Historia de Nuestro Tiempo, pp. 59-70.
Preston, P. (2011): El Holocausto Español.
Sueiro, D. (1983): El Valle de los Caídos: los secretos de la cripta franquista.
Sueiro, D. (1976): La verdadera historia del Valle de los Caídos.
PAR - Arqueología y Patrimonio Virtual 
quisiera hacer la cabeza de Franco o cara de Franco 3d la voy a realizar en madera de castaño,para luego poder comercializarla a las personas que esten interesadas.
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Lo siento, no trabajamos el merchandising franquista.
Un saludo,
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